Los fantasmas del pasado y mi dulce realidad.

Hace un corto tiempo conocí a una persona, la verdad no le tome importancia ya que yo estaba pasando por un proceso difícil y prefería ignorarlo. Sin embargo, esta persona insistía en conocerme, yo lo rechazaba diciendo que no era buena idea y que honestamente no estaba preparada para conocer a alguien. Algo dentro de mi decía que sí, que me arriesgara, que me diera la oportunidad de conocerlo. Ya había pasado mucho tiempo sin pareja y creo que podríamos intentarlo aun cuando la gente a mi alrededor me decía que no era buena idea, incluso comentaban varias veces que debería estar bajo tratamiento médico para que mi situación mejorara. Me encontraba en la encrucijada de lo que la mente dice que es lo correcto y lo que desea el corazón, típico.

Honestamente no quería medicarme yo estaba obsesionada con el proceso y quería conocerlo, quería saber, entenderlo, comprenderlo y quizá porque no, hasta disfrutarlo. Si suena descabellado. No entendía cómo era posible que sabiendo lo que se, trabajado lo que había trabajado yo misma no podía sacarme del agujero donde me encontraba. Muchas personas me decían, me recordaban quien era. Otras me decían, que aplicara lo que hacía, decía, pensaba, otras que fuera yo misma, otras que tomara valor, otras que viviera mi vida, otras muchas otras cosas más. Todo mundo aconsejaba, pero nadie entendía lo que yo estaba buscando.

Mi cuerpo empezó a enfermar y yo sabía las razones y no podía curarlo. No sabía si era demasiado tarde para sanar o eran consecuencias de procesos anteriores. Lo cierto era que algo no estaba bien en mí. Entendía perfectamente todo lo que me decían, pero no lograba reaccionar. Esa persona que conocí, le di permiso de que conociera un aparte de mí y le compartí parte de mi pasado para que viera y entendiera el proceso. El peor error de mi vida. Hay personas que no entienden la maravilloso, que es poder regalarle un pedazo de tu vida, ellos lo mal interpretan, lo menos precias diciendo que ellos han vivido cosas peores y salido adelante. Hay personas que toman ese pedazo de tu vida para terapearte, exigirte, juzgarte, comprometerte, manipularte. Esa persona me dijo que estaría conmigo y que confiaba y creía en mí, en que lograría salir del bache en el que me encontraba. Creí, y confié que él en verdad estaría ahí para sostenerme cuando la enfermedad y las emociones decidieran terminar conmigo, pero no fue así, vio que me balanceaba en arenas movedizas cada tercer día y en lugar de ayudarme a encontrar suelo firme, sólo me observaba y criticaba.

Empecé a cansarme de sus ataques y empecé a luchar y a defenderme. Muy mala idea, eso nunca funciono. Empecé a jugar su juego. Y ahora yo también le decía cosas que sabía de su pasado y eso me molestaba mucho, porque yo no era así, no soportaba que me echara en cara que era muy inteligente y que sabía muchas cosas y que no sabía cómo era posible que me encontrara enferma. La verdad es que, entre ese bache existencial, en realidad estaba también la búsqueda de quien era yo actualmente, siete años después de haber pasado un proceso complicado ahora estaba enfrentando otro y eso me confundía. Creía saber perfectamente bien quien era y resulto que hace unos meses me desperté sin saber quién era y cuál era el rumbo que llevaba. Hoy entiendo que ese tipo de procesos son necesario y tenemos que vivirlos, el ser humano está sujeto a vivir en constante cambio. Y yo necesitaba reencontrarme nuevamente. Quería saber realmente quien era yo.

Este proceso sirvió para darme cuenta que el ser humanos siempre sabe quién es en realidad. Siempre es consciente de ello, el problema es que todo mundo nos dice cómo debemos ser y actuar para ser aceptados. Y mi verdadero yo estaba encerrado, pidiendo a gritos salir. Me conocía muy bien desde el punto de las debilidades que olvide quien era desde el punto de vista de las virtudes. Y la verdad es que yo no puedo renunciar a mi pasado, así como la persona que era mi paraje lo sugería. No puedo hacer como si no existiera, es real cuando dicen que tu pasado marca. Y que debes dejarlo ir, sí, pero no puedes olvidarlo, al menos eso no funciona para mí. Yo no puedo hacerlo a un lado. Cómo haces a un lado diez años de tu vida, de enseñanza y aprendizaje. Tampoco puedo olvidar a todas mis parejas. Ellas me han enseñado y yo he aprendido con ellas. Incluso con esta última aprendí que jamás nadie me dirá como debo ser, ocultarme para complacer. Y también me recalco que yo voy a seguir confiando en el ser humano, pase lo que pase, es verdad que no se quedó mucho tiempo. Pero fue el tiempo que él quiso y eso también se respeta. Quiero ser amada como soy, así de loca, así de enigmática, así de despeinada, a gritos, a silencios, así, leyendo bajo un atardece, a veces mal hablada, a veces tan propia, a veces tan enojada, a veces tan feliz, a veces tan ausente y a veces tan real, libre. Quiero que me acepten con todo el amor y la pasión que siento por el arte, la literatura, la escritura, los recuerdos, los aprendizajes, las enseñanzas. El ser humano busca tener un lugar en la vida de su pareja.

Hoy entiendo que yo no busco usurpar ni la ex, ni a las mujeres que ellos tienen por ídolos y tampoco busco superarlas, yo soy quien soy no sé si es menos o más, la verdad no me interesa. No estoy interesada en competir con sus fantasmas y yo no busco que compitan o erradiquen los míos. Yo soy yo y ellos también tiene un lugar especial en mi vida, sólo que no saben respetar. Así somos las personas apasionadas. Sacamos ventaja de todas esas emociones y pensamientos que cruzan en nuestras mentes, recuerdos del pasado escondidos entre las canas y las arrugas y las convertimos en arte, en poesía, en pintura, en literatura, en fotografía. No entendiste amor mío que tenías un lugar nuevo, uno especial y no tenías que competir contra mis fantasmas del pasado. No era cuestión de filosofía o conocimiento sólo se trataba de respeto sólo tenías que respetarlos, y respetarme, ya que ellos me hicieron lo que soy, lo que en cierta forma te gusto de mí y porque ellos tenían su lugar justamente ahí, en el pasado. Te amé y te amare, así como amo el recuerdo de cada uno de esos fantasmas en su tiempo y a mi modo. Tu recuerdo también me visitara y platicare con él, lo escuchare y luego lo dejare partir. Porque sólo disfruto con ellos a ratos. Sin embargo, tu y yo teníamos el futuro, tú eras mi realidad más próxima ahora también formas parte del paso. Te amare siempre.

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