La mayoría de las mujeres somos muy desconfiadas, tanto que desconfiamos hasta de nosotras mismas y en nuestras propias capacidades. En lo único que no dudamos casualmente es para hacer daño, si nos proponemos lastimar, conquistar, destruir, manipular, vengarnos, desquitarnos, o salirnos con la nuestra. En eso jamás ponemos en duda nuestras capacidades. En fin confiar en nosotras mismas debería ser lo más importante pero como no confiamos en nosotras, tampoco podemos confiar en los demás. El problema no solo radica en nosotras, también radica en lo que nos enseñan las personas de las que nos rodeamos. Por lo regular nuestros padres son los que nos deberían enseñar a confiar, primero en ellos y luego en un poder superior. Pero desafortunadamente eso nunca sucede. La mayoría de los hijos nos sentimos traicionados por nuestros padres a muy temprana edad. Hablando de confianza, la verdad es que la perdemos también a través de la vivencia de un evento muy trascendental en nuestra vida. Ósea cuando mas necesitamos de alguien no está.
La mujer muchas veces confía en el hombre que ha elegido como pareja par toda su vida. Sin embargo, este la traiciona de una o de otra forma. Así que, si esa mujer solo conoce la traición y siempre se ha traicionado a ella misma pues jamás encontrará la verdadera confianza. Para la mujer una vez que pierda la confianza difícilmente la recuperara así cambie de pareja. Y he aquí el verdadero problema, la mujer tiene que aprender a confiar, confiar en su pareja y aunque la vuelvan a lastimar o traicionar debe volver a confiar, si ya no quieres confiar entonces aléjate, sepárate. Pero, si ya no puedes confiar en algún otro ser humano y mucho menos e n ti entonces solo te queda una opción, un poder superior. En el puedes confiar siempre y para todo. Como he dicho, él es el único que no juzga, no critica, no traiciona. Y cando la mujer confía en su poder superior, los demás seres humanos a su alrededor aprenden a confiar. Llámese esposo, hijos, padres, hermanos, amigos.
Como mujer puedo decirte que no hay mayor bendición y mejor acercamiento a la paz, que confiar. Dejar todo lo que no está en mis manos solucionar a un poder superior. Confiar en todo momento, sea bueno o malo, estés pasando por un proceso difícil, en la dicha o estés en el éxito o el fracaso. La verdadera confianza se pone a prueba en los momentos difíciles. Es en esos momentos donde la mayoría de los seres humanos solemos maldecir y retar a Dios mismo. Sin embargo, en esos momentos es cuando más fuerte debe ser nuestra confianza en él. Y solo debes dejarte guiar, ‘el sabrá que tiene para ti después de esa tormenta. Mujer aprende a confiar, ya no vivas a la defensiva con todo el mundo, esperando que alguien te traicione. Vive sin miedo a que te traicionen y si te traicionan aprende a perdonar. Y avanza no te detengas, no pierdas el tiempo.